Si bien entre nosotros casi no se habla de otra cosa que de conejos, en realidad nunca hemos visto uno. Dudamos incluso de su existencia. En nuestras conversaciones el conejo oficia de metáfora, o de símbolo. Es frecuente observar que muchos, una gran mayoría, hemos olvidado la primitiva significación de la palabra, si es que ha tenido alguna vez. MARIO LEVRERO, Caza de Conejos. Carmelita no cabía en sí misma de contento: por fin la tía abuela había accedido a enseñarle a guisar conejo. Salió de su casa muy temprano camino a la de su ahora instructora. El día era fresco, ideal para la persecución del anhelo, pues desde pequeña soñaba con regodearse en los halagos de los comensales a los que deleitaría con un elegante plato de conejo al ajillo; imaginaba manteles, copas de vino y las flores al centro de la mesa, todo ello blanco para hacer resaltar los cubiertos de plata. Escuchaba ya el aplauso de los convidados admirados con su destreza en las artes culinarias,...
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