Hipnos, o el Somnus romano de Ovidio, hijo de la Noche,
hermano gemelo de Tánatos, dios de la Muerte tranquila, era el inductor del
sueño, el habitante de un palacio al que no tocaba la luz, capaz de dormir
tanto a mortales como a héroes y otros dioses. Se dice que ambos hermanos rivalizaban cada noche, pues cada cual quería
llevarse al durmiente consigo.
Son comunes en la mitología las historias de hombres desafiando
a los dioses, y aquí tenemos la historia de un muchacho, que con el pretexto de
hacer ciencia, tal vez desafió y venció
a ambos gemelos, pues a un osado Randy
Gardner, se le ocurrió en 1964, una investigación bastante peculiar, que lo
llevó a convertirse en el dueño documentado
del Récord Guinness por pasar 264 horas, 24 minutos sin dormir.
Aficionado a las Ferias de Ciencias, decidió experimentar en
carne propia si la deprivación del sueño tendría graves efectos físicos en las
personas, y para lograrlo, no recurrió a ningún tipo de estimulante, sólo a la ayuda
de dos amigos, Bruce McAllister y Joe Marciano, quienes dormían por turnos para
ayudarlo a permanecer despierto, al monitoreo médico del investigador John J. Ross y a un renombrado científico
estudioso del sueño, el Dr. William C. Dement. Así, el entonces muchacho de 15
años, aprovechó las vacaciones decembrinas para emprender tal hazaña.
Permanecer despierto por 11 días requirió de música surf,
viajes por donas, un paseo en convertible con Dement o partidos de basketball;
pero, además de no ser una tarea sencilla, la deprivación del sueño puede ser
mortal.
Como muchos hemos experimentado, las repercusiones al
principio fueron pequeñas: el característico ardor en los ojos tras pasar una
noche sin dormir, el cual empeoraba cada noche y mejoraba un poco con la luz
del sol. Para el segundo día, presentó problemas para enfocar la vista. El
tercer día, tuvo dificultad para repetir trabalenguas.
Al cuarto día, las cosas dejaron de ser tan divertidas, su
humor empeoró, lo invadió la paranoia, e incluso, alucinaba. Para el sexto, Randy
había empezado a arrastrar las palabras y a ser incapaz de terminar las frases
e identificar algunos objetos comunes; dejó de tener “momentos buenos”, y todo en el experimento era incomodidad y
malestar, su memoria fallaba, la paranoia aumentaba, así como el mal humor; si
bien no parecían existir consecuencias físicas, durante el experimento su
cognición no fue la misma.
Tras romper el récord, celebrar con sus amigos y hablar con
la prensa, fue llevado a un hospital naval y se le practicó una electroencefalografía
mientras dormía, cosa que hizo por más de 14 horas.
Aunque por fortuna, Gardner vivió para contarlo, algunos
efectos aparecieron muchos años después, y en la edad adulta, tuvo problemas
para dormir. Guinness World Records decidió
hacer lo más responsable, y no volvió a admitir se tratara de romper otro
récord semejante, para evitar daños en la salud de las personas que quisiesen
intentarlo, pues, debemos admitir, Randy Gardner tuvo suerte.
Una deuda de sueño significativa causa, para empezar, la
reducción de la memoria a corto plazo e incluso en la capacidad para tomar decisiones. Pueden
presentarse lapsos de la pérdida de la conciencia de ¡hasta un minuto de
duración!, que pueden ser causa de graves accidentes; la deuda de sueño puede
volverse tan grande, que, como consecuencia, tendrá efectos similares a la
sicosis.
Si bien no todos pasaremos periodos tan largos sin dormir,
una mala higiene del sueño y la reducción del mismo, a largo plazo tienen
consecuencias importantes para la salud: aumento de peso, hipertensión, cambios
hormonales y hasta mayor riesgo de muerte prematura y un aumento 4.5 veces
mayor en la probabilidad del tener un infarto.
Dormir 7 horas cada noche si eres un adulto, o 10 si eres un
adolescente, no es tarea sencilla con el ritmo de vida actual, pero mantener
una correcta higiene del sueño, es importante para el cuidado general de la
salud; ser responsables con el consumo de alcohol y estimulantes, ejercitarse
regularmente y cuidar la dieta, aprender a manejar el estrés y desarrollar
buenos hábitos del sueño, son algunos cambios positivos que podemos implementar
en nuestra rutina diaria y así disfrutar de un descanso reparador. El sueño, parte inherente de la vida,
delicioso y necesario estado, función vital y restauradora, pretexto para la
mitología, el arte y por supuesto, la ciencia. ¡Dulces sueños!
Referencias:
http://www.psychiatrictimes.com/sleep-deprivation-psychosis-and-mental-efficiency?pageNumber=1
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